El confinamiento cambió nuestros comportamientos en muchos aspectos. Al principio, observamos un aumento del consumo de dulces, snacks y postres, pero no duró mucho. El impacto más duradero se observó en aquellos comportamientos que anteriormente eran típicos de canales de compra fuera del hogar (Out-of-Home, OOH por sus siglas en inglés): cocinar para el desayuno, comprar comida para llevar y socializar en casa alrededor de una barbacoa o bebiendo alcohol.
El confinamiento ha tenido un impacto significativo en las categorías de alimentos y bebidas, con una caída drástica del consumo OOH. En cambio, las ocasiones de consumo en el hogar aumentaron un 13% a nivel mundial, si comparamos marzo de 2019 con marzo de 2021, con cifras que alcanzan el 21% para el Reino Unido, debido al aumento de las comidas en casa, nuestro nuevo lugar de trabajo, descanso y entretenimiento.
La comida en casa y el consumo de snacks fueron los grandes beneficiarios del confinamiento. Si nos fijamos en los datos que abarcan el periodo comprendido entre marzo de 2020 y marzo de 2021 y los comparamos con las cifras de marzo de 2019, observamos claramente que, a nivel mundial, tomamos una comida adicional y un snack más a la semana en casa como resultado de los confinamientos.
Si se suavizan las restricciones, anticipamos que la mayoría de las comidas tomadas en casa durante la pandemia volverán a consumirse fuera del hogar a finales de 2021, con tan solo un ligero impulso debido al aumento del trabajo en casa. En su conjunto, nuestras previsiones para todo el año 2021 apuntan a que las ocasiones de consumo de alimentos y bebidas en el hogar aumentarán un 3% en comparación con 2019.
Aunque las ocasiones de consumo en el hogar no crecerán tan rápido como durante la pandemia, la recuperación del consumo OOH impulsará el crecimiento del mercado de alimentos y bebidas.
Pero lo más significativo este año son las 3 tendencias que la COVID-19 ha acelerado desde 2019, hasta generar oportunidades de negocio para las marcas y los fabricantes en 2021 y a largo plazo.
Foco en el bienestar y la salud positiva
El disfrute es el principal impulsor del consumo de snacks. Es una tendencia que identificamos por primera vez en 2016 y que la pandemia solo ha acelerado. En un contexto de recuperación del consumo fuera de casa, la salud sigue siendo un criterio prioritario a la hora de elegir nuestros snacks, pero el concepto ha cambiado con el confinamiento. En los Estados Unidos, por ejemplo, las ocasiones de consumo de bebidas están más orientadas al bienestar, con la elección de productos más saludables o la necesidad de sentirse bien, en lugar de centrarse en el cuidado de la salud a través del consumo de bebidas bajas en carbohidratos o en grasas.
Cambios en el desayuno
La hora de tomar la primera comida del día ha cambiado y como resultado también ha cambiado lo que elegimos comer. Tomar el desayuno más tarde significa cocinar más para esta comida, tomar menos café y menos cereales. Por ejemplo, los desayunos salados representaron el 24,6% de todos los desayunos en España en el primer trimestre de 2021, frente al 22,2% en el primer trimestre de 2019, siendo las tostadas de aguacate una de las opciones más elegidas para el desayuno.
Cocinar o no cocinar, todo o nada
La comida en casa se ha polarizado hacia dos extremos: cocinar desde cero o elegir la comodidad, a menudo optando por el delivery. En México, por ejemplo, los datos revelan que las entregas de comida a domicilio aumentaron un 213% y cocinar en casa un 6%, pero se observa un descenso en las comidas hechas con productos listos para comer (-2%) o productos parcialmente preparados (-20%). Es probable que las marcas tengan que replantearse estas dos últimas opciones para resistir al crecimiento del delivery que se ha asentado como la opción más cómoda y continuará ganando cuotas de mercado.
Los consumidores están divididos entre cocinar más desde cero y elegir la comodidad del pedido a domicilio.